¿San Valentín, óptico?

miércoles, 14 de febrero de 2007


-¡Despierta, tinterillo, despierta, si quieres arrojar una postrera mirada a este mundo que por momentos va a desaparecer!
-¿Qué le ocurre, señor don Quijote, que con tan alarmantes y escandalosas prevenciones me despertáis? -respondí frotando mis adormilados ojos, sepultados en el fondo del tintero.
-¿Por ventura no oyes ese ensordecedor zumbido que llega del tejado, haciendo retemblar la casa como si una legión de endriagos la zarandeara?
-¡Ah!... Pido perdón a su merced. Se me había olvidado decirle que anoche recibí un mensaje por el ordenador de Edu, nada menos que de San Valentín, diciéndome que hoy 14 de febrero, a las seis de la mañana, nos haría una visita, pues quiere pasar el día en este pueblo, y le gustaría que le acompañáramos.
-No entiendo nada, tinterillo. ¡No sé quién es san Valentín, ni qué pinta en el tejado, ni qué leche se le ha perdido en este pueblo a estas horas!
-Pues, vamos a ver cómo se lo explico... San Valentín es el patrono de los enamorados y quiere hoy obsequiar al pueblo con un especial regalo... Su merced es modelo acabado de hombre enamorado, que no dudó en luchar contra gigantes y cabezudos por amor a Dulcinea... Y yo soy un socorrido intermediario entre el cielo y la tierra...
-Ya, ya, una especie de canalón. ¿Y qué tenemos que hacer nosotros?
-Ante todo, sáqueme del tintero.
-¿Y qué aspecto quieres hoy lucir? ¿De Calisto o de Melibea?
-De Cupido.
-¿De Cupido?
-Sí. Desnudo, regordete y sonrosado, con alitas blancas y dorados tirabuzones, un arco en la mano y una aljaba con dardos de colores colgando del hombro.
-Bueno, bueno, allá tú. ¡Catapún, catapún, chinchín!

Don Quijote dio una palmada, yo salí disparado del tintero y estuve revoloteando un rato por la habitación de Edu que, por cierto, dormía plácidamente en su cama.
-Podrías estrenarte disparándole una flecha a Edu.
-No. Bastante tiene el pobre con las que le lanza el profe de Base de Datos.
-Y... ¿ por qué la gente me considera paradigma de enamorado?
-Pues porque es propio del enamorado idealizar el objeto de su amor, y su merced lo hizo con creces.
-¡A ver, a ver! ¿Qué insinúas, que Dulcinea no era una mujer sin par en belleza, discreción y donosura?
-Bueno, don Alonso... ¿No recuerda que su merced, poco antes de morir, recobró la razón y cayó en la cuenta de sus muchos yerros, incluidos los amorosos...?
-¡Ay jodido tinterillo! ¡Sí que es cierto! Pero, dejémonos de cháchara y vamos a ver al santo ese del tejado...

Don Quijote se agarró a algún saliente de mi anatomía y, tras un corto y arriesgado vuelo, nos encaramamos en el tejado. Un imponente platillo volante, de casco plateado, fosforescente resplandor y luces tornasoladas parpadeantes, vibraba sobre las tejas a la par del rítmico silbido que emitía ante los asombrados ojos de dos gatos comunitarios.
-¡Pon, pon!
-¿Quién es?
-Somos mi señor Don Quijote y un servidor El Tintero Jubilado, hoy Cupido en funciones.

Se abrió una escotilla de cinco centímetro y por allí nos colamos. Nos quedamos cortados al ver a San Valentín con un traje blanco de pantalón campana, chaquetilla estrecha con anchas solapas y enormes gafas con cristales en forma de corazones, al más puro estilo de Elvis Presley.

-¡Hola, santidad! -saludamos a dúo.
-¡Tampoco es eso! Llamadme Valentín o Valen, que es más... ¡Tomad asiento!
-Vale, aquí estamos -dije, mientras nos sentábamos en un sofá de terciopelo rojo que recorría adosado a lo largo de la curvada pared del platillo.
-Bueno, pues nada. Mi propósito ya lo conocéis. Este año me ha tocado venir a este pueblo a hacer un poco más feliz a sus vecinos, en especial a los que tienen problemas amorosos. Creo que yo puedo ayudarles un poco... o si no, que se lo pregunten a Don Quijote.
-¿A mí? -saltó Don Quijote como una escopeta.
-Sí, claro, ¿cómo te fue con Dulcinea?
-Hombre... No me puedo quejar.
-Y ya ves, no es que Dulcinea fuera una cosa del otro mundo...
-¡Ojo con lo que dice, que por muy Valentín que sea, yo no soy un cobardín!
-¡Tranquilo, hermano Alonso Quijano, tranquilo! Reconoce que hubo alguien que te ayudó a enamorarte locamente de ella, logrando que la vieras como bella Dulcinea en lugar de como Aldonza Lorenzo... Y es que esa es mi misión y la de Cupido -para los romanos-: encender los corazones con el fuego amoroso, dotando a los ojos de una agudeza especial para ver la verdadera belleza y valores de las personas.
-¡Perfecto! -exclamé impaciente- ¿y qué tenemos que hacer?
-Muy sencillo. Ahora vamos a volar sobre las casas del pueblo. En esa pantalla -señaló a una enorme consola, colgada del techo frente a nosotros- irán apareciendo las personas más necesitadas de amor o con problemas amorosos que hay en este pueblo. Tú, Cupido, irás disparando tus dardos a cuantos vayan apareciendo. Luego aparcaremos la nave en la plaza de toros, y allí permanecerá invisible hasta esta noche en que daremos la fiesta, a la que todas esas personas acudirán.
Y así lo hicimos. Por la noche fueron llegando los tocados por mis dardos. Llegaban alicaídos y mohínos. San Valentín, Don Quijote y yo los recibíamos con nuestras mejores sonrisas. San Valentín fue entregando a cada uno unas gafas como las suyas.
-Si Sara estuviera aquí, se pondría las botas.
-¿Qué dices?
-Nada, son cosas mías.
Don Quijote y yo servíamos vasos de un santo licor -que pegaba de lo lindo-, mientras el ritmo de la música y de las luces impulsaba a todos a bailar con frenética alegría. Al ingenioso hidalgo le dio por tocar botones en los cuadros de mando y el platillo se despendoló por los aires haciendo cabriolas. El traje de san Valentín quedó hecho unos zorros.
Tras varias horas de fiesta, los enamorados regresaron felices a sus casas. El santo despegó el platillo, nos dejó sobre el tejado a Don Quijote y a mí, y él se marchó con la música a la corte celestial.

2 comentarios:

Durrell dijo...

Me encantan tus relatos. Son muy originales y escribes muy bien.

¿Has entrado alguna vez en 'El rincón de Sherezade'? http://usuarios.lycos.es/tintero/phpBB2/index.php

También escribimos en 'El Tintero Virtual' ¿lo conoces? http://actualidad.terra.es/foro/portada.cfm?idforo=299&nivel=1

Un saludo.

Anónimo dijo...

Como don Quijote está ensimismado, Edu de exámenes, Toby ladrando en el balcón y Dunsco persiguiendo musarañas, me encargo yo de agradecer tu comentario. Ya os visitaremos. Saludos. Tinterillo.